viernes, 13 de julio de 2012

El laberinto de espejos(continuación)

¿Te acordás de la visita que hicieron Fede y su amigo al parque de diversiones en la entrada anterior? Bueno, aquí va la continuación...


                                                                   El regreso

         Volví a ese mismo parque un año más tarde. No le dije nada a Mati porque sé que todavía tiene pesadillas cuando se acuerda de todo lo que vivimos aquel día en el bendito laberinto de espejos.Tenía la secreta esperanza de que no estuviera, de que lo hubieran clausurado o algo parecido. Pero no. Allí estaba. El señor de la boletería me habló de un nuevo servicio.
                  -Ahora sacamos una foto con el precio de la entrada. Donde quieras, te parás, apretás un botón que está al lado de los espejos y a la salida te la entregamos.
                  -Bueno, va a ser un recuerdo, que sé yo.
                  Entré. Pero me había ido preparado. Un ovillo de hilo descansaba en mi bolsillo. Até una punta en la puerta y empecé a desenrollarlo mientras caminaba buscando el primer espejo sin salida.
                  No me costó mucho encontrarlo. A los pocos minutos tenía que volver por el mismo lugar por donde había llegado. Con miedo, miré el cristal. Nada. La imagen me devolvía a mi mismo, con el ovillo en la mano. Saqué la lengua. el espejo sacó la lengua. No quise seguir probando. Apreté el botón de la foto. Sonreí como un pavo y salí siguiendo el hilo.
                  A la salida me dieron la foto. Allí estaba yo, con el ovillo en la mano, sonriendo como un pavo, parado al lado de un rottweiler, que me miraba mostrándome los dientes.


                                                                                        Esteban Valentino(inédito).



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