lunes, 21 de julio de 2014

El cuento de ciencia ficción

Trabajo Práctico Nº2

                      Se te pide que leas el siguiente texto con mucha atención y que, copies y resuelvas las actividades propuestas en hojas de carpeta, que deberás entregar en un folio con una portada que especifique tu nombre, el de la docente, el grado que cursas y el título del trabajo: "El cuento de ciencia ficción: Marco Coco y la temible laguna galáctica de tiempo"

a) Lee comprensivamente el siguiente texto:

"Marco Coco y la temible laguna galáctica de tiempo"

                             El capitán Marco Coco estaba en la cama, dormido y bien adentro de un sueño. En el sueño, Marco Coco era muy chiquito: era Marquito Coquito. En el sueño había también una mujer con una sonrisa que parecía abarcar todo el universo y que le decía: "Diga aaajjjooo".
                             Pero justo en ese momento algo lo despertó: era la sirena de peligro de su submarino espacial. Marco Coco, sin tiempo a sacarse el piyama, fue hasta el puesto de mando.Primero miró a todos los puntos del espacio con el periscopio. Nada. Luego examinó delante y detrás por las ventanillas de proa y popa respectivamente. nada de nada. Usó el último recurso, encender la pantalla del detectómetro de peligros. Marco Coco leyó lo que decía la pantalla y no pudo contener un grito de pánico: hacía diez segundos que su submarino se había sumergido en una temible laguna galáctica de tiempo.
                              Fue corriendo desesperado al baño, en donde tenía armada su biblioteca, de allí sacó la Enciclopedia de lagunas galácticas y volvió corriendo al puesto de mando.Todo eso lo hizo casi sin cansarse, se sentía con la energía de un joven: esa era la primera señal de peligro que tuvo. Es que, precisamente, la laguna galáctica de tiempo hacía eso: convertía a la persona que cayera atrapada en ella en alguien cada vez más joven. Así, Marco Coco, de ser un adulto, pasaría a ser un joven, de ser un joven pasaría a ser un adolescente, de ser un adolescente pasaría a ser un bebé, y de ser un bebé pasaría ser ... nada.
                              Sin embargo, había una salvación posible, al menos así lo decía la Enciclopedia de lagunas galácticas: en un sitio recóndito de la laguna se hallaba un orificio triangular, por ese orificio era posible escapar de las garras de la laguna y salir indemne con la misma edad con que se había ingresado.
Pero eso no alcanzó para calmarlo, porque apenas terminó de leer aquella información, Marco Coco notó que las mangas del saco del piyama le quedaban grandes y comenzó a sentir unas repentinas ganas de jugar al fútbol. Es que el capitán Marco Coco había dejado de ser un adulto para ser un adolescente, y en  su adolescencia el fútbol había sido su gran pasión.
                              Unos segundos después, comenzó a revisar su bitácora de pantalla, pero realizar esa sencilla tarea le costó más de lo esperado: para hacerlo debió esforzarse hasta poder pararse sobre el sillón de mando. Ahora el saco del piyama que lo cubría le parecía una enorme sábana, y además le habían venido unas repentinas ganas de comer helado de crema plutoniana. Es que Marco Coco había dejado de ser un adolescente para ser un niño, y en su niñez el helado de crema plutoniana había sido su gran pasión.
                              Previendo que la cosa se podía poner peor, Marco Coco sabía que tenía que estar atento: encontrar aquel recóndito agujero triangular era su única posibilidad de salvación. Por eso saltó del sillón de mando a la mesa en donde estaba la pantalla de bitácora. Y ni bien lo hizo, Marco Coco sintió que ya no era el mismo. Apenas podía levantar la cabeza para mirar la pantalla, y para colmo le pareció que se había hecho pipí encima. Es que Marco Coco en aquel momento era un bebé, ahora era Marquito Coquito.
Justo cuando tomó conciencia de aquella grave situación, vio que en la pantalla aparecía, apenas visible, un triángulo muy oscuro. Acercando su cabeza pelada y con el cuerpo humedecido por la baba, descubrió que el triángulo estaba ubicado entre el meridiano A, el paralelo J y la tangente O. Hacia allí tenía que apuntar el submarino manejando el timón de mando. ¿Pero cómo manejarlo si con sus manos diminutas apenas podía apoyarse?
                               Marquito Coquito se sentía mal, muy mal, y como todo bebé cuando se siente mal, muy mal, tuvo unas ganas desesperadas de llamar a su mamá. Fue entonces que se acordó del sueño que había tenido justo antes de despertarse... y se le encendió la esperanza.
                               Marquito Coquito comenzó a gatear hasta una punta de la mesa de mando. Apretó con su palma el botón que permitía dar órdenes orales al disco rígido del submarino. Después quedaba lo último por hacer: recordó por segunda vez el sueño, recordó las palabras que en ese sueño le había dicho aquella mujer con una sonrisa que parecía abarcar todo el universo... Y entonces, realizando uno de los esfuerzos heroicos más notables que habría de realizar en toda su carrera como navegante espacial, dijo: 
                              - Ajó...
                              - Información recibida y procesándose - respondió una voz metálica y algo oxidada.
                              El submarino en menos de un microsegundo luz, comenzó a cumplir la orden: dirigió su trompa directamente hacia el orificio triangular ubicado entre el meridiano A, el paralelo J y la tangente O.
                              Diez minutos después, Marquito Coquito era otra vez Marco Coco. La laguna galáctica de tiempo había quedado atrás.
                              El capitán estaba a punto de sacarse el piyama y tomar un té para calmarse: no todos los días se está tan cerca de convertirse en nada... Pero lo pensó mejor. Apretó la tecla del piloto automático, y decidió volver a la cama.
                              - Para superar los peligros del espacio, siempre conviene tener algún sueño a mano - se dijo a sí mismo.
                              Y se hundió adentro de las sábanas con la alegría de un bebé.

                                                                                                                               Gabriel Sáez (inédito)

b) Define atendiendo al contexto, los siguientes términos: RECÓNDITO -  INDEMNE - BITÁCORA .

c) Entre las palabras que provienen de la naútica, aparecen submarino, proa, popa, bitácora y periscopio. ¿Están relacionadas con las naves espaciales? ¿Por qué crees que las habrá usado el autor?

d) Explica por qué es temible la "laguna galáctica de tiempo" y qué problemas ocasiona.

e) Responde: ¿Cómo interpretas que la mujer del sueño tenía una sonrisa "que parecía abarcar todo el universo"? ¿Quién será esa mujer?

f) ¿Cuál de los siguientes temas habituales de la ciencia ficción  aparecen en este relato? Señálalos con una cruz:
                       -Guerras interplanetarias.                                        -Viajes en el tiempo.
                       -Hombres-máquina.                                                -Civilizaciones futuras.
                       -Vida extraterrestre.                                                -Viajes en el espacio-cósmico.

g) Explica la relación que tiene el sueño de Marco Coco con la forma de salir de la temible laguna del tiempo.

h) El nombre del protagonista se relaciona con el de un personaje histórico: Marco Polo. Averigua quién fue, qué hizo, en qué época vivió y redacta su biografía (debe tener como mínimo diez reglones y no superar los veinte de tu hoja de carpeta). Recuerda preparar el borrador, pasarlo en limpio y pegarlo debajo de la versión final.  Luego explica porqué el autor la puso ese nombre a su personaje.

FECHA DE ENTREGA:        QUINTO C: 12/08/14                     QUINTO D: 11/08/14


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